jueves, 30 de mayo de 2013

Plagas y Tareas del Hogar en 28.251


diumenge 26 de maig de 2013

Plagas y Tareas del Hogar en 28.251

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tan estimades com improbables lectores o lectors: 
tan estimados como improbables lectores o lectoras: 

Bien, pues, tras esta tan necesaria como conveniente larga tanda de republicaciones, hora es ya, quizá, de recobrar algunos otros fragmentos de ese texto del futuro cuya sucesiva y efectiva publicación es una de las causas del acoso y la persecución que, obvio es, se mantienen desatados contra mí. 

De aquí a nada, edito en mi blog de defensa los comentarios que ha sido preciso, por su intrínseca maldad intencional contra la buena fe humana en general, trasladar allí. 

Recuerden, por si fuera preciso, que, en este texto del futuro, el genérico del lenguaje es el femenino. Y si conocen o conocéis el significado de la palabra solidaridad, os ruego que, si leéis esto, saquéis copias (imágenes incluidas, a poder ser, y no un mero enlace: no es difícil, aunque sí pesado), pues silenciar algunos o todos mis blogs es uno de los objetivos de esta campaña desatada, y ya durante tanto tiempo mantenida contra mi persona, por ser estos odiosos acosadores incapaces de objetar nada verídico y racional a los posicionamientos o ideas que difundo o defiendo. 
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Lo de la enemistad entre la descendencia de la mujer y la de la serpiente se ha cumplido a rajatabla y plena satisfacción en nuestros civilizados entornos urbanos, donde ni por casualidad se encuentran moscas, ratas, gaviotas, cotorras o palomas, ni mosquitos, arañas, abejas o avispas, ni bicho molesto alguno otro. 

Bueno, ni molesto ni no molesto, porque nuestras ciudades son zonas declaradas libres de existencia animal, ellos tienen sus reservas y nosotras las nuestras, amplísimas las suyas, modestos santuarios las nuestras. El pacto, la mar de sencillo, ellos no intervienen ni penetran en nuestros territorios y, a cambio y en justa correspondencia, nosotras intervenimos lo imprescindible en los suyos, exclusivamente como tutoras y administradoras que somos de su destino. 

Sus administradoras, por supuesto, ya que, si bien es cierto que no dejamos de ser completamente insignificantes en el Orden Universal (no digamos ya en El Cósmico Global), al menos en la parte seca de este Planeta somos, sin duda, los seres físicos más avanzados, o los menos atrasados, que seguramente sería y será una descripción más ajustada a la realidad. 

Sí que, sin embargo, eventualmente dejamos entrar en nuestras ciudades (aunque sus chillidos y su suciedad pueden llegar a ser bastante molestas), a bonobos, chimpancés o macacus rhesus y demás, por pura cuestión de solidaridad familiar. No obstante, es extremadamente infrecuente que alguna o algunas de ellas se dejen ver por aquí porque no es su latitud, aunque sucede con cierta mayor frecuencia en otras ciudades más cercanas al Ecuador Terrestre. 

También, respecto a lo de permitir presencias inhabituales en nuestros entornos urbanos, hacemos una única otra excepción con los caballos y yeguas, burros, asnos, mulos o mulas, con las que también nos pasa lo mismo, que si llegan a venir en alguna ocasión, enseguida se van, no se "encuentran", lo que no empece para que, durante esas breves estancias, también lo dejen todo perdido con sus superabundantes deposiciones y demás, aunque casi nunca relinchan si no es de placer. 

Bien, intuyo que esto último que acabo de contar os habrá sonado tope raro o estrafalario, pero su redactado no ha sido el resultado de la ingesta por mi parte de sustancia dopante alguna, así que vuestra posible extrañeza ante él tal vez pueda ser debida a que no hayáis tenido debidamente en cuenta lo que he ido comentando sobre nuestras recuperadas capacidades telepáticas, capacidades que todos los animales superiores y no tan superiores tienen y mantienen intactas, pero que nosotras, en origen, hubimos de ir inhibiendo cuando nuestra especie descubrió que hacerlo incrementaba visiblemente las posibilidades de sus individuos de sobrevivir ante el ataque de cualquier depredadora fiera, pues nuestro unilateral corte de comunicaciones, inesperado y jamás previsto por el brutal animal, nos permitía librarnos de su influjo, incrementándose así las posibilidades de, sanas y salvas, lograr escapar. 

Infortunadamente, y una vez descubierto que eso de la telepatía se podía inhibir, tal práctica se fue extendiendo en las relaciones de las propias humanas entre sí, y en fin, sobre esto ya se comentó, así que, por ahora, se ha de seguir con las cuestiones generales, de carácter social, o sobre las ciudades y los animales, o sobre lo que sea y demás, lo que diga la ROM. 

Así que, al efecto de evitar toda intromisión no deseada, y sólidamente asentados sobre el contínuo y pulido muro vertical de ocho metros de altura que la circunda ---[ y en el que por supuesto están practicadas resguardadas, aunque accesibles y espectaculares, entradas y salidas de la misma aptas para el libre tránsito humano, ¿qué pensabais? ]---, sobre tal primera e importante barrera nuestra ciudad cuenta con unos prodigiosos artefactos o megadispositivos que permiten alzar una alambrada reticular de imperceptibles rayos láser que, con una anchura de tres metros, se eleva hasta los siete kilómetros de altura, donde los haces son captados por los receptores situados en un anillo globo anclado a la Tierra. Cuando este sistema detecta la presencia de alguna partícula, objeto o ser de tamaño superior, en cualquiera de sus dimensiones, al de un óvulo humano, la fragmenta, con lo que es extraño que llegue a haber granizo o nevadas en ellas, a excepción de lo que se pudiera de tales cosas formar en el propio interior de la ciudad así defendida. 

Suerte, pues, que la abundante y casi desbordante vegetación que inunda más de la mitad de la superficie de Ciudad Capital es toda ella de reproducción o fertilización anemógama, o al menos se lo ha sabido apañar así, porque si no, con el tema de la polinización lo íbamos a haber tenido, desde luego, bastante chungo. 

No es así, sin embargo, pues la masa arbórea y demás que tenemos es tope vivaz, ayudada por una temperatura de tipo más tropical de la que le correspondería por su latitud, y tampoco ninguna de las otras ciudades, prácticamente todas, que hacen servir una protección similar, carece de vegetales, aunque, por su muy inferior superficie, la variedad o abundancia final de especies se ve bastante más limitada. 

En cuanto a la cuestión de evitar al máximo la no deseada destrucción de aves por nuestro sistema de defensa antibichos, porque una cosa es no haber de padecerlos y otra muy diferente exterminarlos, la ciudad está dotada de un numerosísimo cuerpo de voluntarias vigías que, distribuidas en turnos y a lo largo de todo el perímetro urbano, hacen uso de sus capacidades telepáticas para obligar a las inocentes bestezuelas a variar su rumbo y no topar contra la deletérea retícula. Es lo que hay. 


En otro orden de cosas, comentar que podría parecer que, en este mundo tan mecanizado y tecnificado, todo es holganza. Pero tampoco es eso. Cierto que los alimentos nos lo preparan unas máquinas, las ADHOC (Administradoras Domésticas de la Higiene, el Orden y el Cocinado) cuyas cualidades culinarias, tanto de cara a las presentaciones como en lo que se refiere a los sabores, aunque con texturas incomparablemente más blandas, superan con creces a las del o de la mejor chef que haya podido tener jamás en épocas pasadas la Humanidad y, por lo demás, en realidad tampoco hay que encargarse, tal y como vosotras las definís, de tarea domestica alguna. 

Pues buenos son nuestros robots, como para que, así como así, nos permitan que nos encarguemos de tareas de tal índole. Si insistimos lo hacen, claro, han de obedecer a las humanas mientras éstas no les pidan que maten o maltraten a otro ser humano, o barbaridades de similar tipo. Pero se ponene por ahí en medio, todo el rato dando la tabarra, y no hay quien se los pueda sacar de encima. 

Sí, porque argumentan que, por su programación más elemental, no pueden poner en riesgo alguno a los seres humanos ni permitir que, por omisiones como la de indebidamente aunsentarse en caso de manifiesta situación de riesgo para un o una humana, tales humanas puedan llegar a salir heridas. Acto seguido, ligan lo anterior con que si un humano está haciendo una tarea propia de un robot está, sin duda, en riesgo personal, porque por eso precisamente esas tareas les están encomendadas a los robots, y ya no hay dios santo que los saque de tal bucle. 

Pues no se investigó a fondo ni nada la mente de las mujeres para poder transmitirles a estos artefactos lo mejor posible vuestra, para nosotros, obsesión por la limpieza, aunque en realidad ello solamente sea en vosotras, como hemos visto, un puro reflejo de funcionamiento automático derivado de vuestro particular itinerario como mujeres en eso del éxito reproductivo personal


------[ Urgentemente paso de inmediato a aclarar aquí, ante las tan imperiosas como alarmadas demandas del PAR o Programa de Ayuda a la Redacción, que a las meras descripciones de obvias diferencias realmente existentes entre las humanas en función del género o sexo de las personas no se las puede calificar de por sí como discriminatorias. 

Personalmente, ignoro a cuanto de qué viene todo eso. ¿Discriminatoria? ¿Sería discriminatorio describir que, por naturaleza, las mujeres están preparadas para gestar y dar a luz mientras que los varones no? Pues estamos hablando de lo mismo, de cosas relacionadas con la Segunda Ley, así que yo no le veo el posible corte discriminatorio a esto que estaba diciendo por parte alguna, pero en fin, prosigamos con más carga densa. ]------  
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Pues con más "carga densa" seguiremos en la siguiente entrega. 

saludos cordiales. 
ET & forrest gump. 
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http://etylamagia.blogspot.com/2013/05/la-monogamia-es-antinatural-y-su.html



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