lunes, 10 de junio de 2013

Se trata del tiempo, estúpido o estúpida (II)


diumenge 9 de juny de 2013

Se trata del tiempo, estúpido o estúpida (II)

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estimadas lectoras o lectores:  

Nada especial a comentar. Así que aquí os dejo, directamente, con la continuación de esta extensa reflexión sobre el tiempo. 
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dijous 11 d’octubre de 2012

Se trata del tiempo, estúpido o estúpida (II)

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amoyachts.com



estimado lectorado: 

Bien, habíamos dejado a mi paisano con la cuestión del tiempo destinado al trabajo, y ahora, tras añadirle aún algún matiz adicional  a su análisis sobre esa supuesta "parte" de nuestro tiempo, conoceremos lo que, a su criterio, sucede con la "parte" de tiempo "libre" o "de ocio", de "diversión", según sus propias palabras, y también unas cuantas cosillas más. ¡Ah!, y recordad que, para este destacado filólogo y filósofo, la letra equis, "X", a menudo, no "esiste" en castellano ;-)  


..."Es, por consiguiente, un tiempo de trabajo creado sobre el vacío, evidentemente según modelos, como siempre, arcaicos, según modelos de los tiempos en que había esclavos, en que había obreros de fábrica y niños en las minas de Inglaterra de hace doscientos años, cosas de ésas, siempre los fantasmas del pasado actuando, pero de una manera destinada enteramente a la falsificación. 

Hoy en día el trabajo que hace trabajar a la gente es un trabajo inútil. Si os ponéis un poco bordes y me decís que no todo será inútil, os diré que, bueno, en el noventa y nueve por ciento, qué más da. Si todo el mundo sabe que con un uno por ciento de lo que se trabaja podríamos vivir, no voy a decir como Dios, pero como los ángeles, por lo menos, sin que nadie tuviera necesidad de dar golpe ninguno, ¿no? 

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La otra mitad es el tiempo de diversión, que no es distinto, sino el mismo, esactamente el mismo. Se teme desde arriba que hubiera un momento en que el vacío a que condenan la vida se reconociera a sí mismo, se sintiera como vacío. De forma que Capital y Estado se ven en este trance de que tienen que vaciar la vida, íntegramente si pueden, convertirla toda en tiempo contado, intentando, al mismo tiempo, que la gente no se dé cuenta de que le están haciendo eso. Eso es necesario. 

Para eso sirve esencialmente la diversión: para llenar el tiempo vacío, con lo cual se consigue que ese tiempo vacío siga tan vacío como antes, pero que, encima, nadie se dé cuenta de que está vacío. 

Bueno, los ejemplos son a millares. La vida, vuestra vida, está llena de eso. Las horas que pasáis o que pasa vuestra tía delante de la televisión son un ejemplo. Se lo pasa como Dios, ella. ¿Qué más va a querer ella? ¿Que le solucionen tres horitas, cuatro horitas? ¿Qué vida le va a tocar vivir? Esa, una vida que es tiempo: tres horitas, cuatro horitas. ¿De qué manera? De la menos comprometida, de la menos comprometida, recibiendo lo que la pequeña pantalla, invariablemente, por lo menos en el ideal de Ellos, ofrece. Invariablemente, donde no puede aparecer nada que comprometa ese puro consumo de tiempo vacío. Si no, el sistema fallaría. 

Consumiendo eso. Los muchachos y muchachas, en la flor de la vida, diecisiete, dieciocho años, se van el viernes y el sábado a la discoteca y están obligados a estar desde que llegan a las doce hasta las cuatro, hasta las cinco, hasta las seis, hasta las siete. A ver quién aguanta más, matando horas de discoteca; es decir, sin que pase absolutamente nada. Garantizando, con todas las garantías posibles, que no va a pasar nada, porque ningún sitio más impropio para que surja ninguna aventura amorosa, para que surja nada dulce y ni bueno, que una discoteca, puro ruido que lo llena todo, y latidos de tiempo que lo están llenando todo. 

Quien está cumpliendo con esa ley os ofrece otro ejemplo de lo mismo: la vida reducida a mero tiempo, tiempo vacío, y encima en su mitad de diversión. Un tiempo vacío que no se deja sentir como tal porque , efectivamente, si por un momento el aburrimiento de ese tiempo vacío floreciera, se sintiera, podría dar algo que podría llamarse levantamiento popular, una verdadera desesperación indignada que se lanzara contra el Poder. 

Esto es la administración de la muerte, descrita en demasiado pocas palabras, porque podría pasarme días y noches hablando, que es haciendo, para describiros simplemente lo que cada uno de vosotros está padeciendo todos los días. Pues bien, si alguno de vosotros desconoce que lo que le pasa, cuando compra un auto nuevo, o cuando está delante de la televisión, o cuando se pasa la noche del viernes en la discoteca, es esactamente lo mismo que les pasa a los más marginados y a los más oprimidos, se está equivocando, está perdiéndose la ocasión de palpar de veras lo que es el Poder sobre la vida y lo que podría ser alguna forma de de desesperación liberadora de ese poder. 

Lo que podría liberarse no sería ni tú ni yo. Las personas, como personas, son lo mismo que el Capital y el Estado. Son "Ellos". Yo soy Ellos, en ese sentido: antes os lo decía de pasada. Cada uno no padece lo que estoy diciendo que se padece. ¡Qué coños va a padecer uno, lo que he contado que se padece! ¡Si uno parece que está en sus glorias, cuando se compra el auto, y cuando ve la televisión, y cuando va a la discoteca! ¡Si él parece que no quiere nada mejor en este mundo! ¡Si a él personalmente le parece que está disfrutando de la vida! 

De manera que dejémonos de hipocresías. ¿A qué coños os voy a decir que yo personalmente sufro esto que os estoy diciendo que se sufre? No soy desde luego yo el que lo sufre, no soy yo personalmente el que lo sufre. Yo, por el contrario, estoy costituido por ello, lo cual es mucho más grave. A mí se me ha hecho así: se me ha hecho un cliente del Capital y un súbdito del Estado. Y lo soy íntegramente, yo personalmente, es decir, representado por mi DNI, por mi nombre propio, por mi relación bien establecida con fulana, por mi localización en tal o cual sitio, por mi pertenencia a tal o cual nacionalidad, por mi profesión, por mi ascripción a determinado puesto de trabajo. 

Ese Yo, bien definido, personal, desde luego, ése no tiene nada que sufrir del Capital y del Estado: para ése están de color de rosa, abiertas todas las promesas de la demotecnocracia. 

Como se sabe ya, desde el evangelio que se predicó en el primer país que entró por la demotecnocracia, en los Estados Unidos de América, cualquiera tiene derecho a aspirar a lo más alto de la pirámide, cualquiera puede llegar a ser el más alto de los ejecutivos en el Capital o en el Estado, o en las dos cosas juntas, porque ya estamos llegando, en el progreso máximo, a un sitio en el que ser presidente de los EE.UU. o director de unas cuantas cadenas de banca viene a ser la misma cosa, porque Estado y Capital, en el progreso, se confunden en lo mismo. 

Para cada uno personalmente, y con tal de que se venda sin dudas y con la mayor integridad, está abierto ese futuro, está abierto el éxito en la vida. Está abierto trepar hasta muy arriba, hasta lo más arriba que se pueda desear en la pirámide. Y eso os lo están vendiendo todos los días en la televisión y fuera de la televisión. Ese ideal es una renovación del ideal de Napoleón: cada soldadito lleva en su mochila el bastón de mariscal. Promoción, eso es en la tecnodemocracia. 

En efecto, no son hipócritas en esto Estado y Capital, de ninguna manera son hipócritas: Ellos de verdad tratan con individuos personales, Ellos de verdad confían en el Individuo Personal; y tienen razones para confiar, porque saben que el Individuo Personal es íntegramente reaccionario, que yo, en cuanto persona, no puedo ser otra cosa más que reaccionario; es decir, alguien que aspira a los beneficios de los que ha llegado a tener una ideíta que, por otra parte, le han puesto, le han impuesto. 

Alguien que aspira a trepar en esa pirámide, alguien que aspira a un futuro, alguien que aspira a poseer, alguien que aspira a la seguridad, en el amor o en lo que sea. Es decir, íntegramente reaccionario, así es cada uno, sin escepción. Si me queréis decir que más o menos, pues después os esplicaré en qué sentido puede decirse más o menos; pero no es ahora el momento de introducir ninguna escepción. En cuanto de verdad yo, personalmente yo, no puedo ser otra cosa más que conservador, reaccionario, buscador de mi seguridad, buscador de mi máximo beneficio personal. " 

Por tanto, Capital y Estado hacen perfectamente en confiar en ese Individuo, porque saben bien en quién confían. Naturalmente, no se limitan a confiar en él: lo fabrican. Porque ahí está el secreto: no es sólo que Estado y Capital se hayan encontrado, desde el comienzo de la Historia, bastante bien hecho este sujeto esencialmente reaccionario, sino que, como había peligro de que no todos fueran así, o no fueran tan así cada uno de todos y, por tanto, el aparato fallara, se han apresurado y en el máximo progreso se apresuran, sobre todo, a fabricarlos así: perfectos súbditos del Estado, perfectos clientes del Capital. Gente cuya vida no es otra cosa, íntegramente, que trabajo inútil, diversión complementaria, y compra-venta de los chismes inútiles consiguientes. 

Este individuo que llega a entender, por beneficio suyo, ese ideal es, por supuesto, el Sujeto perfecto para Estado y Capital. En él confían Ellos, los politicastros de allá arriba, también los banqueros, si se tercia. Suelen llamarlo "El Hombre". 

Les gusta mucho el Hombre... no está bien hablar de "pueblo", incluso hablar de "gente" es demasiado vago. Pero el Hombre, el Hombre es precisamente esa porquería que acabo de describir, el Hombre es el Individuo Personal perfectamente costituido, eso es lo que en el Estado, lo que en el triunfo perfecto de Estado y Capital costituiría las poblaciones del mundo, lo único que habría: poblaciones íntegramente costituidas por Individuos Personales. 

Notad que el hecho de que las poblaciones costituidas por Individuos Personales se puedan contar en número de almas no es ningún accidente: el número, el número justo al que el Estado y Capital aspiran en sus estadísticas, es justamente la prueba y el sostén de la unidad y de la individualidad"... 


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Bueeeno, pues por ahora también considero que puede haber habido suficiente, así que hasta la próxima entrega, compañeros y compañeras. Y si os vence la impaciencia, recordad que el texto completo está editado, junto con otra charla por la misma época y también en Bcn, por Virus Editorial, "Contra la Paz, Contra la Democracia", y que lo podréis encontrar en El Lokal, carrer De La Cera 1 bis, bajos, no os lo paséis de largo, que muy modesto, y es de la misma gente que esa editorial. 

saludos, salud y solidaridad. 
ET & forrest gump. 
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neorrabioso.blogspot.com
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Bueno, pues ya está, por ahora. 

saludos cordiales. 
ET & forrest gump. 
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Se trata del tiempo, estúpido o estúpìda (I)


dijous 6 de juny de 2013

Se trata del tiempo, estúpido o estúpida (I)

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apreciados lectores o lectoras: 
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Como no soy sino un ser despreciable, de rígidos e invariable criterios, y que, exclusivamente, sólo es capaz de pensar en sí mismo, en el "yo, yo y yo", finalmente he adoptado unas resoluciones, referentes a mi futuro inmediato, por completo opuestas a mi forma concreta de ver y entender las cosas, pero que, de alguna manera, permiten que la gente que me es más cercana y que más me estima (inexistente, por supuesto) puedan afrontar, ellos y ellas también, con mayor tranquilidad y seguridad, todo este proceso o persecución de Estado, que yo mismo soy el primero a quien le resulta imposible creerse que pueda ser cierta, pero que, estar, ahí está. 

Bueno, pues vale: si así viven más tranquilos y felices, y como yo, al igual que mis acosadores, sé que todo esto no puede sino acabar de una forma totalmente fatal para mí, pues oye, aquellas a quienes aprecio o me estimo son personas mucho más prácticas y "realistas" que yo (pese a que las cosas se van sucediendo tal y como yo las he ido anticipando, mientras mi buena gente no acierta ni una), así que, en tanto llegan o dejan de llegar las siguientes brutalidades, injusticias y utilizaciones de los aparatos del Estado que teóricamente me habrían de haber defendido y no ofendido, pues eso, que mientras tanto, a vivir tranquilos y tranquilas, a sacarle el mayor partido posible a cada día, intentar terminar este blog, y luego... pues ya se verá, ¿qué más me da, si sé que estoy perdido? 

Hablando de acabar este blog: paso a republicar otra pieza del todo imprescindible, y que, en su momento, vio la luz en mi extinto blog "ET y esta Crisis", cuando yo aún pensaba que era verdad que mucha gente podía estar interesada en sus contenidos, mientras el científico fascista y demente AMT, ese individuo de seis años (*), proseguía su labor de zapa, ya puestos en ejecución esos siniestros y vengativos planes contra mí que acordaron con las fuerzas represoras de las libertades ciudadanas elementales,  

Vamos a ver qué contaba yo, poco antes del infortunado, aunque inevitable, deceso de Agustín García Calvo, nuestro mejor y más independiente pensador no corrupto hasta la aparición deFélix Rodrigo Mora

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(*) Porque sólo ello explica su perenne obsesión con el tema de lo de la madurez y el comportarse como adultos, algo propio, como muy bien saben los y las psiquiatras, de personas que, en el fondo, se saben a sí mismas de lo más débiles, inmaduras, e incapaces de aceptar esas realidades en cuanto a su forma de ser, ya que la gente normal, la que de verdad es "madura", para nada suele andarse preocupando de andarlo demostrando o no con más o menos palabrería, porque esas personas, y a diferencia de ese desgraciado embaucador, si que, sencillamente, lo son, maduros y maduras, aunque conserven perfectamente a salvo los valores de sus almas infantiles, algo imposible de entender para los y las reptilianas. 
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diumenge 7 d’octubre de 2012


Se trata del tiempo, estúpido o estúpida (I)

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veodin.com


estimado lectorado: 

Pese a que la frase que, según consenso general, marcó el éxito de la campaña electoral del presidente Bill Clinton era levemente diferente, y también pese a que si usted pone aquella clásica versión en cualquier buscador de internet le saldrán presumiblemente millones de entradas, la realidad es que aquello con lo que de verdad la ciudadanía laboralmente activa (y no solamente ella) es conducida como un apacible rebaño pastoreado a su gusto por quienes dirigen el mundo (y eso en el supuesto, probablemente ya bastante más teórico que no otra cosa, de que realmente haya alguien al "mando de la nave", y no sea ya todo una pura inercia invencible) es mediante el control de vuestro tiempo, queridos ciudadanos y ciudadanas, ese tiempo del que nunca disponéis para cantidad y cantidad de cosas que os gustaría o precisaríais hacer, y que sin embargo siempre siguen en esa cola de asuntos pendientes, cola que  ni vosotras y vosotros mismos, pese a ser sus gestores, sabéis de fijo si es de tipo lifo o fifo

Nunca tenéis tiempo para nada, "donde da confianza da asco", y al final, los máximos y máximas perjudicadas, como ya suele suceder, son las personas más próximas, aquellas que, es verdad, siempre o casi siempre son capaces, empáticamente, de hacerse cargo de lo muy súper atareados que vivís, humanos individuos del mundo más o menos desarrollado y contemporáneo. 

Y bien, esa forma de sinvivir, ¿supone en sí misma alguna novedad, o más bien lo que sucede es que la presión, los ritmos, la "administración ajena" del propio tiempo a que os veis sometidos por momentos crece y crece sin parecer poder ser capaz de llegar a alcanzar jamás, un digamos, status de equilibrio, cuando menos? Ya, lo segundo, en efecto, es cierto que es así. 

Pues bueno, permitidme que otra persona hable por mí sobre estas cuestiones del tiempo porque, aparte de que lo hará (hizo) mejor, también lo propagó hace mucho más tiempo, dos décadas ya, desde aquel abril de 1991 en Barcelona, en una charla que, por sí sola, difícilmente podría haber tenido un título más rompedor para aquel entonces: "Contra la Democracia" (Virus editorial, Bcn) Son unos cuantos párrafos, pero la cosa bien se lo vale, os lo "aseguro y asegura" jajajajaja... 

1991, sí. ¡Ah!, y las aparentes faltas de ortografía no son tales, sino que forman parte del idiolecto de mi dilecto paisano Agustín García Calvo, nacido un 15 de octubre, que no era precisamente ningún ignorante de la lengua este ex-catedrático de Filología Latina en su momento represaliado por el franquismo. 


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" ¿Qué es lo que uno padece, esté donde esté, por parte de esta forma avanzada de democracia? [ Tecnodemocracia la había él anteriormente definido ] Lo que uno padece es simplemente la administración de lo que Ellos administran; y lo que Ellos administran es, en una palabra, la muerte. 

Fijáos bien, para que no nos equivoquemos con imágenes sangrientas. No digo que el Capital y el Estado se dediquen a cachipodar a las gentes del pueblo, ni a ejecutarlas. De vez en cuando lo hacen, pero es lo de menos. No digo que den la muerte: digo que la administran. Y éste es el punto, yo creo, esencial para entender cuál es la forma de poder que padecemos. 

Administrar la muerte quiere decir convertir totalmente nuestra vida, la de cada uno y la de la gente, en tiempo. Un tiempo contable, con sus números, al cual llamo muerte, porque la única vida que merecería no llamarse muerte es una vida que no fuera tiempo, una vida que no estuviera contada en horas ni en jornadas, ni en semanas ni en años. 

De forma que la única función esencial del Estado y el Capital es que la vida quede convertida absolutamente, totalmente en tiempo. Un tiempo que, según el truco que todos conocéis y padecéis bien, se divide en tiempo de trabajo y tiempo de diversión. Los dos son el mismo. Éste es un engaño importante, en el que nadie debería ya caer. El tiempo de trabajo, en la forma más avanzada de democracia, es literalmente un tiempo de trabajo para nada. Esto conviene entenderlo bien, porque Ellos nos hace creer que es que hace falta trabajar. 

Es evidente,-y cantidad de gente desde hace por lo menos un siglo o siglo y medio lo está diciendo- que desde que se inventaron las máquinas no hace falta trabajar. No hay ninguna necesidad verdadera de trabajar; pero con el progreso, con su decantado progreso, ¿ha disminuido, en algo, en los países más desarrollados, en las capas mas altas y privilegiadas, ha disminuido la sumisión al Trabajo? 

Al contrario, ha aumentado. Ha aumentado en las capas más bajas, porque cualquier trabajador u oficinista normal, que vive en un suburbio de Barcelona o de Madrid, además de tener que trabajar las siete u ocho horas que trabajaban sus antepasados, tiene que trabajar otras cinco o seis horas conduciendo un chisme o sometiéndose a medios de comunicación imposibles. De forma que su jornada se convierte en una jornada de doce o quince horas. 

[ tampoco ] ... en las capas más privilegiadas ha disminuido la sumisión al Trabajo, porque el señorito, el hijo del burgués de hace cien años, por lo menos se suponía que no daba golpe y que disfrutaba de la vida. Pero, ¿quién coños va a pensar eso hoy de cualquier hijo de ejecutivo ni ejecutivo, si todos están condenados, más o menos, a la misma especie de mierda? Si tienen que estar dedicados a comprar, lo mismo que todos, y si les corresponde comprar un yate, pues a comprar un yate, y como lo ha comprado, a tener que usarlo. 

Y si les toca comprarse siete autos para la familia, pues a comprarse siete autos y después, como los han comprado, a tener que usarlos. Es decir, igual que el último de la cola, más o menos, en sustancia: igual que el último de la cola. Ni Dios disfruta de la vida. Ni en lo más alto, ni aun yendo por el camino del Estado. 

Porque vamos, ya me diréis cuál es la vida de un político, de esos políticos que hacen la política... imaginaros... : tan esclava como como la del trabajador del suburbio madrileño que tiene que emplear cinco horas de transporte. No es casi nada; es la esclavitud, la de la burocracia, en todos sus niveles, en una tecnodemocracia avanzada... 

...Reducción, por tanto, de una mitad de la vida a un tiempo de trabajo para nada, un tiempo de trabajo que efectivamente está creando sus propias necesidades de trabajar, completamente en el vacío, ya desde hace mucho tiempo. Ninguno de vosotros ignoráis-y a lo mejor muchos de vosotros estáis empleados en ello más o menos- que una de las industrias esenciales de la demotecnocracia es la creación de necesidades. No tengo que enumeraros las diferentes oficinas en las que esto se produce, esa producción de necesidades. Sin ella, sin esa oficina, sin la oficina creadora de nuevas necesidades, de renovación de necesidades, no habría demotecnocracia.  

... " 


Bien, pues bueno será, opino, dejar la cosa por ahora aquí, si os parece. Y aparte de todo, piltrafillas, de verdad que no os entiendo: ¿es que nunca leísteis el libro de "Momo", de Michael Ende? Porque lo de la "Historia Interminable" es una pasada total, de acuerdo, pero Momo toca algo aún más esencial, más fundamental, algo sin lo cual ni siquiera el País de Fantasía existiría: el tiempo, colegas, el tiempo. 

saludos, salud y solidaridad. 
ET & forrest gump. 
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whotalking.com
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Sí, claro: habrá segunda y tercera parte, por supuesto... espero ;-) 

saludos cordiales :-) 
ET & forrest gump. 
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Más pinceladas sociales del año 28.251


dilluns 3 de juny de 2013

Más pinceladas sociales del año 28.251

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estimados lectores o lectoras: 


PREVIA 

Este post está dedicado, con Amor y por Amor, a mi compañera y a "Klarita", dos personas que, sin ir más lejos, y sean más o menos ilustradas o letradas, me han demostrado que son mejores personas que yo, pues albergan un superior corazón; y si no me han podido o sabido ayudar más, ahora sé que ha sido porque se han visto incapacitados de sumergirse en este infierno de maldad que propicia gente corrupta e imbécil, y el propio aparato represor del Estado. 

Pero, desengañémonos, él y ella son "les flors que no fan estiu", esa es la realidad. 

Y desde luego, y sin que venga a cuento, por supuesto, comento también que, si por casualidad yo me topase con un madero capaz de hacer una huelga de hambre en defensa de los derechos ajenos durante veintitrés días, y limpios de toda trampa, pues qué quieren que les dijera, sería la joya que siempre estamos buscando, y que tanto teme el Estado: la posible existencia de policías REALMENTE revolucionarios, una cada cinco o diez mil sería ya su ruina como aparato represor indebidamente enfocado. 

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estimados lectores o lectoras ya mencionadas :-D : 

Una de las cosas que, más allá de toda duda, ha puesto de manifiesto esta trágica situación que atravieso, que atravesamos mi compañera y yo (y, en menor medida, aquellos que, por la razón que sea, a pesar de todo siguen albergando sentimientos positivos hacia mi persona), es que, básicamente, digo la verdad cuando afirmo que tengo, y hasta el fin de mis días seguiré teniendo, tan sólo doce años. 

Sí, tengo cincuenta y nueve, por supuesto. Y, más allá de las tontas veleidades en que tanta gente (confundiendo cuasi voluntariamente los conceptos "ancianidad" y "decrepitud") quiere refugiarse pensando que la ancianidad es algo que comienza allá a los setenta o setenta y cinco años, o incluso más tarde, más allá de esas veleidades, decía, la realidad es que ya soy un anciano, y mis facultades, sobre todo en determinadas facetas, decaen ostensiblemente. 

Sin embargo, en lo que es mi comportamiento social, básicamente tengo esos doce años, y veamos en qué lo fundamento. 

-Pista cero- Obvio es que atravieso una situación en la que me estoy viendo incapaz de gestionar mi Emocionalidad. Sin embargo, ello para nada ha afectado a mi Racionalidad, que sigue íntegra, y si me permiten la auto alabanza, bastante lúcida... como justo corresponde, por otra parte, a mi edad, esos doce años, la edad cumbre de la Racionalidad humana, otra cosa es que, cuando cronológicamente se tiene esa edad, también todavía faltan demasiados "datos" como para que se puedan esperar grandes y constantes descubrimientos reales e importantes socialmente por parte de la gente de esa edad. 

-Primero- Diga lo que diga la psiquiatría, una de las innegables realidades sobre mí es la de que tengo un síndrome de Peter Pan como una catedral, tan cierto como que si he llegado hasta esta edad cronológica que ahora ostento ha sido gracias, precisamente, a padecer ese síndrome; caso contrario, me habría suicidado, antes que aceptar que pueda ser verdad el nivel de egoísmo y de maldad reales que, de cara a quien no es de su "círculo", despliega e invade a la práctica totalidad del género adulto de esta especie cada día un poco más irracional, en un imposible intento de vuelta al Paraíso, que, como sabemos, era la Irracionalidad, pero cuyas entradas están custodiadas por un Ángel flamígero [ :-D ] o algo por el estilo que nos impedirá retornar a él, por más que lo intentemos. 

-Segundo- Sigo teniendo doce años, y, por ello parece ser, y no por otra razón, hago cosas como: 

---mientras mantengo mi propia habitación en absoluto desorden, recoger papeles o porquerías varias (aunque no todas, claro :-D) del suelo de las calles de mi muy estimada ciudad, para, a continuación (no se alarmen, síndrome de Diógenes bajo control :-P), depositar lo recogido en la oportuna papelera, libre ya de una estricta conciencia que, encima, me reclamaba que por qué no lo llevaba en la o las manos hasta encontrar el contenedor de reciclaje más adecuado para lo recogido, en lugar de "inutilizarlo" tirándolo en una papelera normal. Es que esta exigencia, para este caso en concreto de lo limpiado de las calles, la veo, sencillamente, excesiva, y si me apuran, hasta injusta. 

---presuponer que, a falta de más datos, casi nadie es malo, y que a casi todo el mundo se le puede encontrar, potenciar e incentivar su lado bueno (porque, por más que, en efecto, ese "bueno" y "malo" no sean sino convencionalismos humanos, no por ello dejan de sernos igualmente imprescindibles para poder fundamentar una convivenvia social con unos mínimos visos de solidez y viabilidad) 

---darle cuatro o cinco cigarrillos a quien me pide uno. 

---darle dinero, en formato de billete, a quien, sin absurdas humillaciones o "profesionalidad" mendicante, me lo pide con normal apuro, timidez o humildad, o como sea, pero sin los condenables lamentos de la mendicidad "oficial", cuyo principal objetivo no parece ser el de recaudar más o menos, sino, sobre todo, el de, si no les damos algo, hacernos sentir culpables, a nosotros y nosotras, al pueblo, sólo un peldaño por encima de quien así "pide" nuestra ayuda, de su lamentable situación; no, no y no, y no lo lamento, pero sólo atiendo a la mendicidad versión 2.0, yo sigo defendiendo que intentemos avanzar, no que sigamos retrocediendo.  

---porque, por una vez, puedo estar predispuesto a jugar casi a lo que sea, o a equivocarme con lo que sea. 

Y en esta última característica me quiero detener especialmente, porque viene totalmente al caso. Me explayo. 

Yo siempre había pensado que, el ser malo, era una franca estupidez, una pérdida de tiempo, y ganas de buscarse problemas porque sí, para uno o una, y para el resto de la Humanidad. Por ello, nunca había jugado ese juego: ni me interesaba, y los resultados de él que veía a mi alrededor de quienes sí que practicaban tal "arte", pues la verdad, no invitaban precisamente a jugarlo. 

Sin embargo, dadas las circunstancias especiales a las que me he visto, me veo, y previsiblemente me veré ya sometido para el resto de mis días, y en virtud de ese "probarlo todo", desde que, contra toda legitimidad, fui detenido el pasado día 7 de marzo en Benavarri por una actuación por completo irregular (en el mejor de los casos) de la Guardia Civil, roto mi Amor que no era nada más que, para variar, pura ficción, me dejé arrastrar, por una vez, a jugar ese juego. 

Bueno, y acabo por ahora. Como ya dije en mi anterior post, yo ese juego ya no lo quiero jugar más, pues lo encuentro deleznable, monótono, aburrido y odioso. Y visto también que "mi mundo", una vez más, no era sino una auto impuesta amable visión sobre el mundo adulto real (tipo a lo tan apasionantemente relatado por Antonio Buero Vallejo en su obra "En la Ardiente Oscuridad"), pues bueno, que me caiga encima lo que sea, y tal vez sí que debí de tener el valor de, cuando marché de aquella casa de León, no haberme llevado, menos al mayor, a todo el resto de sobrinos conmigo, pasara lo que pasara, tal vez debí hacerlo. 

Ahora, un poco del texto del futuro (genérico del lenguaje, el femenino), y luego, sigo con ello. 
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No habrá más tareas de limpieza, cocina, o provisión de alimentos, que aquellas que por capricho queramos y los robots nos dejen en alguna ocasión hacer, pero hay muchos más servicios que proveer para la comunidad. Y aunque la de economista o abogada son hoy en día profesiones prácticamente crípticas, desempeñadas en conjunto por menos de un uno por diez mil de la población, bien que sin embargo necesitamos y siempre precisaremos supervisoras de montaje y mantenimiento, médicas y personal sanitario en general, enseñantes como yo, investigadoras, ingenieras, tecnólogas, telecomunicadoras, expertas informáticas, personal administrativo e infinidad de profesionales más. 

Así, según las estadísticas del último ejercicio, la carga de trabajo por persona en edad laboral fue de quinientas cincuenta y tres horas anuales, lo que, aunque ciertamente soportable, no deja de ser sobre un diez por ciento del tiempo total en el que estamos despiertas, siendo la laboral la siguiente ocupación en vigilia en que más tiempo consumimos, tras, según las circunstancias personales de cada una, la atención a las bebés o el desenfreno sexual. 

No tiene nada de raro ese volumen de carga de trabajo, ya que existen todo tipo de empleos o profesiones más o menos insospechadas o comprensiblemente insospechables en vuestra época, y que no os enumeraré, porque no sería, para vosotras, sino un galimatías ininteligible. 

Sin embargo, y para más o menos situaros en "ambiente", deciros que hay y ha habido curros destinados hasta a intentar hallar las claves o respuestas de por qué el vidrio es transparente, pese a su estructura amorfa, cuando incluso muchas de las estructuras cristalinas no lo son, transparentes, o a averiguar a qué se podía deber que los cabellos sueltos entrasen con tanta facilidad en la boca para luego costar un montón sacárselos, o bien por qué a niñas y niños, pese a que vayan con calzado cerrado por zonas perfectamente pavimentadas, invariablemente, de vez en cuando, les siguen entrando piedras en los zapatos. 

Los resultados no han sido muy alentadores, pero intentar se intenta, y se curra en ello, e incluso ya se ha avanzado, como posible respuesta a lo de niñas y zapatos, la sugerencia de si tal fenómeno de las piedras no se debería a concentraciones accidentales de materia proveniente de otras dimensiones, es decir, del Parauniverso. Bueno, como, por ahora, ello no es más que una mera especulación, la cosa ha quedado ahí, y ya se verá si algún día se descubre algo más. 

Nunca el Planeta albergó a una población humana más sana. Hay médicas por doquier, pues una de cada treinta ciudadanas lo es, siendo mujeres cuatro de cada cinco de ellas. Este importante flujo de población hacia tal profesión se produjo a raíz de que, tras la ReEvolución, la médica fue declarada la única profesión que, bajo ningún concepto, podría percibir emolumento alguno por el desempeño de su labor. Naturalmente, y para poder sobrevivir, aparte de médicas la mayoría tiene alguna otra profesión más, y son las únicas a las que técnicamente les está permitido el pluriempleo. 

Sea por ese ausencia total de ánimo de lucro alguno posible, pues tanto las investigación como la producción farmacéuticas son competencia exclusiva de la Administración Redistribuidora, o sea por lo que fuere, el caso es que el tema sanitario sí que funciona de maravilla, porque también las pruebas y los análisis requeridas para la correcta preservación de nuestra salud son ahora de una suma sencillez, sin requerir ayunos ni molestas o pesadas pruebas. 

Al hilo, comentar que, con la ReEvolución, nos desembarazamos de aparatos cancerígenos a tope, como esos vuestros que hacían TACs, Tomografías y no sé qué otras cosas, pero que suministraban a la gente dosis letales, o casi, de radiación, ¡mira que hay que ser borrica para no darse cuenta del engaño que al efecto os hicieron los miserables capitalistas, forrándose a costa de vuestra credulidad y vuestro absurdo aferraros a la persistencia de la vida en vuestros cuerpos densos! 

Pero sigamos. De modo totalmente voluntario, a partir de la mayoría de edad prácticamente todas nos sometemos, con periodicidad semestral, a los correspondientes tests de salud y demás (nunca te pinchan, aunque sí que te van metiendo en una serie de máquinas la mar de raras) pero, y pese a que el itinerario por las máquinas en total dura menos de treinta segundos y nunca hay colas, siempre hay quien no se hace nunca o prácticamente nunca tales pruebas, y todas reconocemos que están en su derecho de obrar así, si bien las demás, al opinar de modo algo diferente, nos las hacemos encantadas, y el resultado es esa salud global sensacional. 

No obstante lo acabado de referir sobre lo numeroso de las tan populares como estimadas galenas, la profesión sin duda más súper abundante en este mundo y sistema social es la de docente, pues a ello nos dedicamos, en las múltiples, casi infinitas ramas y niveles de enseñanza que existen en nuestro sistema social, nada menos que una de cada cinco ciudadanas mayores de edad no ociosas, ya que se aspira a que todas continuemos incrementando permanente e indefinidamente nuestro nivel de conocimiento sobre los temas o materias que libremente elijamos, a través de los Planes de Permanente Formación diseñados al efecto. Tal formación permanente no es, por supuesto, obligatoria, y se puede acceder a ella, o abandonarla, siempre que se quiera.

Una parte nada despreciable de tales enseñantes son, en principio, absolutamente anónimas para sus educandas, puesto que desempeñan su labor en La Red, no se piensen que por más capaz que sea la ROM, que lo es, los niveles de comunicación entre humanas y la máquina permiten el asesoramiento profundamente individualizado y cargado de empatía e intuición que es preciso que se dé para poder optimizar al máximo los procesos y programas formativos. 

Además, con el profesorado humano, por más remotamente ubicadas que estén las implicadas, siempre es posible establecer lazos de comunicación telepática, cosa que por el momento, y a pesar de lo avanzadas y perfeccionadas que están sin duda nuestra Red y nuestra ROM, no sucede en la comunicación con tales súper útiles engendros o creaciones del ser humano. 


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Una locura pensar en raptar a aquellos niños, sí. Pero, por no hacerlo, mi sobrino Antonio, incapaz de hacerse a la idea de que "ya no habría más tío eladio en aquella casa", perdió la razón, porque, como les sucede tan fácilmente a niños y niñas (y siempre que el componente erótico lo minimicemos hasta sus justos términos en función de sus edades), él estaba, al igual que sus hermanos y hermanas, locamente enamorado de mí, porque yo era el único que, en aquel entorno, aparte de dedicarles toda la atención preferente que requirieran y yo pudiera darles,... ¡¡¡ los trataba como a  iguales !!!, como a personas, y no como a subproductos de segundo orden cuya principal función había de ser la de no distraer o molestar a las personas mayores. 

Y ahora, ahí lo tienen, mi imagen opuesta (cuando debería de haber sido quien me superara en todo), un perfecto embaucador que nunca falla en las formas, pero cuyos contenidos son de demente, y su actuar, el de un criminal, por eso, recibió gozoso la noticia de que la policía le invitaba a participar en una trama cuyo objetivo era el de retirar definitivamente de la circulación a aquel tal eladio forrest gump, pasando, a partir de ahí, a tomar parte activa tanto en la preparación como en la ejecución de toda esa inhumana trama o historia que ya conocen quienes me hayan seguido. 

Sí, claro: se puede argumentar una supuesta gran credulidad (¿similar a la mía?, que bien que la demuestro a espuertas, por eso me ha sucedido todo) por parte de Antonio, y que el Estado, en su maldad, efectivamente le contara como ciertas todo tipo de falsedades sobre mí, pero,.... Peeero, algo falla en todo esto, y ese "algo" es la cartita del estúpido, senil y demente padre real de nuestro "niño", ese político del PSOE de León sin escrúpulos, que ya hubo de dar cuenta ante los tribunales por mentir, y que es quien dirige, o más bien, reduzcámoslo a su verdadera medida o dimensión actual, enlaza y da cobertura a toda esta trama, tan similar, en todo, a la caza y captura por parte del sabueso mecánico del protagonista de la novela Fahrenheit 451

Porque, en esa carta, ese respetable señor de setenta y un años da alas (veracidad) a todas las locuras que, en el email precedente, había vertido mi sobrino Antonio contra mí y mis supuestas intenciones, mientras que, si todo hubiera sido otro mero "terror nocturno" del niño tonto, nunca habría salido acusándome de unos males, prehistóricos, y que nunca fueron responsabilidad mía. 

Así, pues, el descastado ex-sobrino se ha quedado sin coartada de que colaboró y me denunció por Amor, o bajo presión o coacciones del Estado, por si a alguien, después de tantos meses de abierta persecución contra mí tan bien conocida por él, le hiciera falta aún tal constatación, después de las evidencias del desprecio con que vivió los primeros ataques sistemáticos que, dijera yo lo que dijera, recibía en el enciclopédico Blog The Oil Crash, o bien viendo cómo ha aprovechado supuestas amenazas de muerte mías (que ellos bien sabían que no eran sino mera literatura) para ir aplicando su restrictiva política nazi fascista en ese blog que otrora fuera un orgullo de foro en el que expresarse con criterio y libertad, machacando precisamente a esa ideología, a la nazi, a la represora de la libertad, individual y social, y sea ésta de acción o de pensamiento. 

Así que sí, ¡qué espantosas paradojas encierra este infierno al que denomináis "La Tierra"!, la realidad, la triste y dura realidad es que debí de secuestrar a todos esos sobrinos. Sin embargo, dado que ello era manifiestamente imposible e inabordable, lo cierto es que, por lo menos, debí secuestrarlo a él, y que muera yo aquí mismo si no es cierto que puedo tener la absoluta certeza de que él lo habría hecho encantado, recuerden que se despertaba cada día mojado, y no se sabe muy bien de qué, por qué o por quién, pero sin que yo tuviera absolutamente nada que ver. 

Háganse un favor a sí mismos y mismas, terrícolas, y encierren a ese demente, por favor. Pero, sobre todo, oblíguenle a cesar en su actual cargo, e inhabilítenlo de por vida para ostentar mando alguno sobre nadie. 

Mientras tanto, y con arreglo a lo que ya tenía previsto antes de que comenzara todo esto, yo me voy deshabituando, poco a poco, de mi adicción al cannabis, pues, como toda persona consciente, sé que las drogas psicotrópicas, para poder sacarles el máximo partido, requieren de prolongados períodos, mejor si son años que no meses, durante los cuales no se fume, o se fume sólo a lo que te inviten. 

Sí, de perdidos al río, y si ya estoy, como lo estoy, marcado por la muerte, ¿qué más me da? Bueno, pues eso mismo, que, como me da lo mismo, pues no me da la gana alterar lo que ya tenía previsto, y salvo para editar o componer algún post para este blog en concreto, o alguna otra cosa muy concretita, por lo demás, a partir de ahora, mi relevo lo tomará El Fumador en lo que haga falta, el fumador compulsivo de tabaco en sustitución de la maría o el hachís, aclaro. 
    
Y, por supuesto, mi intención sigue siendo, en lo posible, seguirle cerrando las puertas de este Sagrado blog a la Plaga Emocional y a sus agentes. 

Puestos a hablar de este blog, decir de él que, a diferencia del resto de los que tengo, éste en concreto lo concebí como algo con un inicio y un final, puesto que su propósito era albergar, al tiempo, determinadas ideas y reflexiones generales y un tanto heterodoxas sobre nuestro presente, y ser el lugar de aparición de lo publicable, a día de hoy, de ese texto del futuro que, misteriosamente, un día, como cualquier otro, inesperadamente recibí. Pues bien, digamos que, a día de hoy, tarea completada al ochenta por ciento, o tal vez más, quizá noventa por ciento, al no haber podido tener la continuidad que yo esperaba lo iniciado con el post de las tecnolgías ternarias

Yo soy el primero que rechaza la idea de que existan profetas y demás, ni de que ello sea ni siquiera deseable, así que, por favor, y por vuestra inacción, no me conviertan o convirtáis en uno de ellos, pocas cosas pueden ser más un atraso que, todavía, andar a vueltas con que si alguien se cree o se deja de creer un Mesías, cuando él mismo lo niega con contundencia, cosa que no hizo el, supuestamente, "de verdad". 

Así que luchen por la libertad de expresión, y hagan copias de este blog, abran sus propios blogs, y copien, una a una, todas las entradas, incluidas sus fotos. Es super fácil, se lo aseguro, para lo que suelen ser estas cosas, aunque es aburrido, es una tarea rutinaria una vez cogido el tranquillo, y que requiere constante atención. Una vez aprendan, copiar diez entradas les llevará máximo tres cuartos de hora, y tranquilamente, la mitad de ese tiempo, veinte minutos. 

Para finalizar, y como una prueba irrefutable de que, cuando afirmo y sostengo que tengo doce años, no estoy sino diciendo la verdad, casi toda la verdad, y nada más que la verdad, comentar que, en las tontas esperanzas que es propio aún albergar con esas edades, no sé por qué me da que este blog puede que consiga llegara completarse incluso aunque yo muera o caiga preso antes de poder hacerlo. ¿Cómo, se preguntarán tal vez? Pues, quizá, todo esté ya previsto desde el ParaUniverso, si bien será inútil que rastreen mis blogs en busca de borradores que contengan los posts que aún faltan. 

saludos cordiales. 
ET & forrest gump. 
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lioyenredo.blogspot.com

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jueves, 30 de mayo de 2013

Año 28.251: Acerca de nuestras Gestoras Electas y el Mundo Laboral

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dijous 30 de maig de 2013

Año 28.251: Acerca de nuestras Gestoras Electas y el Mundo Laboral

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inglishpitinglish.wordpress.com
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estimados lectores o lectoras: 

Nunca, hasta ahora, me había sucedido que el ser buena persona me acarreara problemas de relieve. Sin embargo, el infierno en el que vivo sumido actualmente, a diferencia de lo que había sucedido siempre, ha venido provocado por serlo, ser sincero, aceptablemente buena persona, abierto a los buenos y positivos sentimientos, e intentando siempre construir con los y las demás, sin nunca embarcarme en una empresa reivindicativa estrictamente personal. 

Yo comencé a comentar en The Oil Crash más o menos en julio de 2.011, y allí expliqué, con mi franqueza y desparpajo habituales, que era una persona rayana en la ancianidad, muy hablador, y con un cierto nivel de trastorno psíquico o en mi personalidad. 

Pues bien. Se ve que mis comentarios, profusos, en general no gustaban nada a nadie. Sin embargo, ni nunca explicaron el por qué de ese no gustarles, ni tampoco supieron rebatir ninguna de mis múltiples y numerosas afirmaciones siempre pormenorizadamente razonadas. Y a la cabeza de quienes estaban hartos de mí y de mi colaboración, su bloggero mayor, mi sobrino (aunque ya dudo que lo sea) Antonio María Turiel Martínez. 

Bueno, ¡qué se le va a hacer!, un pelma que se ha "instalado" en un blog. ¿Y? ¿No es un pariente directo, concretamente un tío carnal, del bloggero mayor? ¿Y no se trata de alguien, obvio era, que valoraba especialmente la franqueza y el llamar a las cosas por su nombre? Entonces: ¿por qué mi sobrino no me dijo directamente que estorbaba, y yo ya me hubiera retirado sin decir prácticamente palabra? 

No, no, déjense de historias. Yo tenía con él un bastante abundante intercambio epistolar, y mi participación en el blog, como esos mismos numerosos emails, habrían podido cesar como por ensalmo con que tan sólo me lo hubiera dicho directamente y sin tapujos (tal cual afirmaba ser también él), pues por docenas de veces tal cosa le había dicho y prometido, incondicionalmente, desde el principio. 

Sin embargo, él optó por otra solución. No entiendo qué puede haber salido ganando nadie con ello, excepto los mercenarios, claro. Pero ahí, aquí está, al menos para mí, el final del trayecto: él me desea definitivamente loco y encerrado en una prisión o psiquiátrico, donde, o bien los propios presos o el sistema de "salud" general, me matarán,  y yo ya estoy definitivamente bien encarrilado para ello. 

Él, y su padre, y todos quienes (tampoco tantos, pero sí los poderes del Estado) han participado en este asedio y esa creación de imputaciones absolutamente falsas, sabrán por qué lo han querido hacer así. Pero, a falta de otra explicación, y vistas las vías seguidas, pocas dudas caben sobre que lo que les ha movido ha sido la materialidad de hacerse con el control de todo mi dinero, el mismo que, generosa o dadivosamente, y a cambio de nada, ya le ofrecí dejarle en herencia. Se ve, sin embargo, que no puede, que no pueden esperar tanto. 

Lo tienen fácil y nada hace prever que no consigan quedarse definitivamente con todos los derechos sobre mí, alegando, como así harán, que mi compañera es una inútil, o alguien que se deja llevar por los senderos ajenos con extrema facilidad, y que al ser mi hermano un muy respetado político, y mi sobrino el pariente biológico más cercano, lógicamente, en un acto de piedad y solidaridad familiar que los honra, perdonándome magnánimamente todos los agravios que les he infligido a lo largo de sus valiosas y superiores vidas, como buenos samaritanos se harán cargo de mi custodia, de la de mis bienes, y de los, eso ya mucho más hipotéticos, posibles derechos de autor, algo que yo tampoco busco, pues deseo que todo el mundo copie los contenidos, casi que hasta pagaría porque los copiaran... 

¡Enhorabuena!, saben jugar perfectamente ese juego, y oye, pues nada, ¡qué mas da! Por mi parte, he jugado a lo que me impusieron durante un razonable tiempo, no me ha gustado nada, y me borro ya de él, no tiene nada de divertido, y mi compañera teme, con razón, que a fuerza de jugarlo y jugarlo termine siendo tan malvado como mi hermano y mi sobrino. Y tiene razón, que se dedique a ser un hijo puta y a hacerle putadas a la gente quien sea o quiera, incluso aunque los blancos fueran mis propios agresores, porque yo ya estoy harto, y abandono, da directamente asco. 

Y oye, pues eso, que como ese juego no me gusta nada, y el mundo en el que vivía efectivamente me lo han desmantelado ya para siempre, pues bueno, que hagan o haced lo que quieran, y esto vale para absolutamente todo el mundo o  todas las instancias institucionales que en el mundo mundial puedan existir. 

Vivo en un mundo en el que. entre unos y otros, ya se ha convertido en delito hasta el ser bueno y honrado, sincero, directo, comprometido, generoso o simplemente rumboso, o cualquier otra cualidad que, por sí misma, pueda facilitarle o alegrarle algo más la vida a cualquiera. Por otra parte, no me gusta ese maldito juego de ser malo, así que, ¿qué opción me queda, sino la de la directa locura? 

Ustedes ganaron, es un hecho, y no descarto mi autoingreso voluntario en alguna institución psiquiátrica. Sin embargo, seguramente ya ni me quedará esa opción, dado el cerco asesino que cada vez más opresivamente va cercenando mi vida emocional y hasta la física. Pero me da igual ya, nada me importa cualquier posible encausamiento, juicio o cualquier otra formalidad de las que tan bien describió Kafka en su "El Proceso", porque me sé muerto, pues socialmente ya he sido condenado y ajusticiado, ¿qué más me da lo que pueda hacer ahora ya quien sea o lo que sea? 

Y mientras llega mi ansiada liberación, pues nada, sumido el palacio en la ruina tras el terremoto, mi compañera y yo, al menos, ya nos hemos montado, con los escombros que hemos podido manejar, un pequeño chamizo en el que, al menos, podremos resguardarnos algo de las inclemencias más extremas, y, además, sabemos que, por lo menos, ahí seguimos y seguiremos estando, más que siempre, los dos. 

Y tenemos a nuestro alcance un arma terrible, de destrucción masiva: sabemos que cada vez que seamos capaces de arrancarnos mútuamente una sonrisa o una risa sinceras y francas, estaremos inflingiéndole a esos desalmados una derrota allá donde quiera que se hallen, eso no nos lo han conseguido terminar de destruir o arrebatar, y con esa defensa resistiremos mejor y menos infelizmente cualquier acoso. 

Sólo os pido una cosa, y no es para mí, sino para ella; defendedla, defendedla a muerte, ella sí que no ha tenido ninguna culpa en nada de esto, y ha sido, sin embargo, tanto o más víctima que yo.  Defendedla, o ¡qué digo mejor!, vengadla, vengadla, os va vuestra tranquilidad de conciencia en ello, ya que no supisteis defenderme a mí. 

Normal, por tanto, que, a escala personal, siempre añore ese mundo de 28.251, del que os dejo, ahora, otro trocito: genérico del lenguaje, el femenino :'-|  
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Siempre se hila o hilamos muy fino en todo lo concerniente a la Administración Redistribuidora, y si estimamos que procede, nunca dudamos en pedirle responsabilidades si no alcanza los mejores objetivos posibles sea en el campo que sea, Pero claro, esto de pedir responsabilidades no deja de tener su punto contradictorio, porque la Administración Redistribuidora somos en realidad todas las ciudadanas mayores de edad, con lo que resulta que somos al mismo tiempo críticas y corresponsables de su óptimo funcionamiento, trabajemos en el sector público o en el privado, o seamos ociosas. 

Así que, para salir del atolladero y practicar la humana virtud de, a veces y con total desparpajo, rehuir nuestras propias responsabilidades, al final muchas veces optamos (de forma bastante frívola, la verdad, además de liviana e irresponsable) por directamente echarle la culpa a las políticas de turno, y todo solucionado. 

Ya, díganme que no. Pero si además es normal, y lo de, con motivos o sin ellos, una y otra vez sentirnos felizmente decepcionadas por la actuación de nuestras gestoras electas es obvio que forma parte de los derechos inalienables de la ciudadanía. ¿De quién te vas a quejar, si no? 

Ahora bien, y dicho sea todo de paso, es que, con sus actos, nuestras estimadas representantes así designadas a menudo también colaboran activamente a que se les tenga en tanta estima. Será, quizá, porque, en su constante objetivo de procurar siempre satisfacer nuestras demandas, ponen su más denodado empeño en no defraudar nuestras expectativas en esa y concreta tan poco favorable faceta de la sistemática decepción con la que esperamos que nos deleiten. En fin... 

Bien, siempre se puede intentar derrocar o destituir de responsabilidades públicas a cualquiera de nuestras políticas en cualquier momento, sin esperar a las elecciones generales ordinarias, que son cada tres o cinco años, según se haya decidido por la ciudadanía en los anteriores comicios. Como ahora estamos en una fase más estable, esta vez el período es el de cinco años, y aún faltan tres para las próximas. 

Se consigue enviarlas para casa cuando el margen entre quienes la rechazan y quienes la apoyan alcanza una cifra, variable pero siempre sustancial, de esa ciudadanía llamada a pronunciarse. Es normal que se exija ese margen mínimo de participación, pues si no, hipotéticamente, en una votación muy minoritaria se podría echar a quien se quisiera con tan exiguo respaldo, y eso, la verdad, tampoco tendría ni tiene mucho sentido.

Por poner un caso en concreto, para poder destituir a una o un edil local se requiere que el margen entre quienes piden su destitución y quienes le apoyan sea al menos de un diez por ciento del censo absoluto implicado, y este margen va creciendo a medida que el puesto es de más amplia responsabilidad. 

Sí, es cierto que, con este sistema, y siempre en teoría, una persona electa posteriormente rechazada podría tener margen, técnicamente, para mantenerse en su función hasta las siguientes elecciones generales ordinarias, aunque una mayoría absoluta del censo la rechazara, si no se alcanzara el margen requerido. Pero claro, al cabo del período para el que fue electa, ya no le valdría el truco, y de hecho, para no hundir tontamente sus carreras, siempre que la participación en la votación sea o haya sido mínimamente significativa, suelen dimitir cuando, por el margen que sea, obtienen más rechazos que apoyos. 

Los puestos electos son los peor retribuidos de todos los curros, porque su coeficiente es, en todos los casos, del 1'3, y no se decidió privarlas de toda remuneración, como sí sucede con las médicas, porque se estimó que ello habría sido darles a nuestras gestoras electas más importancia de la que realmente en sí tienen, así que la cosa quedó así. 

No obstante, no suelen vivir muy mal, porque siempre tienen detrás algún grupo humano o partido político más o menos organizado que les complementa el sueldo a su antojo, aunque sin pasarse tampoco, claro, un excesivo nivel de retribución interna o "de partido" acarrearía la inmediata impopularidad del o la afectada y el consiguiente previsible final u ocaso de su carrera, porque aquí todo es transparente de verdad. 

Y es que una nada deplorable consecuencia de esa transparencia es la de que, pese a que eventualmente sigue apareciendo de vez en cuando alguna o algún tarada atontada que lo sigue intentando, hace siglos que logramos que el fraude fiscal se convirtiera en un delito imposible de cometer, situación que, por cierto, aprovechamos para deshacernos definitivamente de las cárceles, de las que tales defraudadores ya eran sus únicas usuarias en aquellos aún convulsos tiempos del final del período de las Grandes y Radicales Reformas que cada año conmemoramos en las ya mencionadas fiestas de la Renovación Democrática. 

En resumen, que, en el mundo actual, la Humanidad ha crecido notablemente en su dimensión social, y ese indudable crecimiento se ha producido, precisamente, a partir de la intesificación del personal e intransferible esfuerzo individual de cada una de todas nosotras.

La Administración Redistribuidora tiene la obligación y, como no podía ser menos, la cumple al cien por ciento, de proveer de un puesto de trabajo público, digno, adecuado y debidamente remunerado, a quien así lo demande. Ítem más, está obligada también, en lo posible, a ofertar empleos asalariados en el sector privado a quienes así lo deseen, y en este caso la tasa de cumplimiento es de un nada despreciable noventa y ocho por ciento, la mayoría, claro, en cooperativas o bajo empleadores autónomos, que son aquellas que no tienen más de cinco asalariados ni tampoco se han querido constituir como pequeña empresa privada. 

Como no cabía imaginarlo de otra forma, desde la ReEvolución las condiciones laborales, en todos los sectores, han sido fijadas y las seguimos fijando unilateralmente las propias trabajadoras, porque nadie puede conocer mejor que nosotras mismas las características y especificidades de nuestros propios puestos de trabajo, ni las necesidades organizativas, los requerimientos de maquinarias, materiales o conservación, cómo afrontar las puntas o valles de demanda... De lógica elemental, vaya.  

Lógica elemental que, sin embargo, no alcanzó tal coherencia hasta que, al pasar a ser los beneficios de una buena práctica laboral un patrimonio realmente compartido por la Humanidad y no usurpado por una ínfima parte de ella, el enfoque de las trabajadores sobre estos temas pasó a ser otro muy diferente y, por la cuenta que nos tiene, bien que sabemos resolver, hallando las soluciones más idóneas, cualquier conflicto de intereses de orden laboral que pueda plantearse. 

Con ello, hoy sí que ya no tiene sentido vaguear o trabajar mal porque sí, ni nadie lo hace, sino que antes al contrario, el trabajo, en general, lo desarrollamos con prontitud, pulcritud y perfección, es decir, seríamos la pesadilla perfecta de trabajador o trabajadora eficiente que tan temida era en otras épocas por sus compañeras de trabajo. 

Pero claro, eso era cuando, insisto, el fruto del esfuerzo laboral se lo llevaban en buena parte particulares y no el conjunto social por igual, así que hoy en día lo de ser eficiente en el curro se contempla de otra manera, mayoritariamente elogiosa, pues conseguir ser eficiente es sencillamente considerado una positiva habilidad más, dado que el trabajo, en nuestra sociedad, por encima de todo es sencillamente una cuestión de compromiso y solidaridad social. 

Además, y aunque esté mal que lo diga precisamente yo, dado el tipo de curro que tengo, entregarse a trabajar intensamente y lo mejor posible, compitiendo nada más que con nuestros propios límites, a menudo puede constituir en sí mismo una gozada y una satisfacción, aparte de un ameno entretenimiento. Pero claro, todo ello siempre que, cuando se requiera, se puedan efectuar las debidas pausas o desconexiones. 

Es verdad, y evidente, que ello coadyuva a que exista un cierto nivel de voluntaria autoexplotación, pero es que en la actualidad, como siempre, quienes generan las plusvalías que permiten vivir a las laboralmente ociosas son las currantes y nadie más que las currantes, y de tal margen de voluntaria autoexplotación todas sabemos que depende no tan sólo, como ya se dijo, la viabilidad de nuestra sociedad, sino también su mayor o menor nivel o ritmo de prosperidad.  

Pero, en general, el invento funciona bastante satisfactoriamente, porque aunque nuestro placentero transcurrir por la vida se basa entre otras cosas, qué duda cabe, en que transitamos por ella con una fe prácticamente a prueba de bomba, tal fe cuasi ciega la fundamentamos y depositamos exclusivamente en las posibilidades que nos puedan abrir o brindar nuestros propios actos personales, y en nada más. 
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En fin, me pregunto qué tocará ahora, según el siniestro guión que van consiguiendo imponerme, si bien presupongo que, más o menos, irá en la línea de la aparición de algún brote psicótico en mi comportamiento en el que cometeré alguna barbaridad, y ello refrendará definitivamente a la gente, si hiciera falta (que personalmente pienso que no), lo malvado que soy, el extremo grado de peligrosidad que encierro, y la gran labor y lo muy agradecidos y agradecidas que, como sociedad, debéis estarles a mi hermano y mi sobrino, los artífices principales e iniciales de la ruina emocional de mi compañera. Así que, ¡felicidades, AMT, por esta gran y (eso sí) trabajada victoria! 

Pero, al menos, mientras habéis perdido vuestro tiempo conmigo, no lo habéis podido dedicar a urdir o llevar a término mayores maldades, me alegra haber sido tu puta que, mientras te ha distraído con mis relaciones eróticas, ha permitido a otras personas no verse laceradas, o no tan intensamente, con el peor de tus látigos: tus deseos de que todos y todas muramos, y te dejemos en paz, a ti y al reducido núcleo de nazi-pitagorines que puedas ir encontrando por ahí. 

Bueno, pues, insisto, ellos sabrán, ya que para algo, si existieran, gente como ellos no son sino la viva encarnación o presentación con aspecto humano de lo que, para entendernos, denominaríamos como Satanás.  

Y no te puedes quejar por eso: una persona que se comporta como lo has hecho tú conmigo, ¿encima va a andar quejándose de la denominación que, en justicia, más se le aproxima, si es que, en efecto, no hay una total identidad? Satanás, no hay más, y a no quejarse, pues es el precio de tu victoria. 

Si estoy loco: ¿qué problema puede haber, entonces, en que te defina así? Yo es que no veo ninguna dificultad: ¿verdad, Satanás AMT Martínez? Sí, sí, Martínez, porque la maldad la introdujo tu madre, mi hermano no era así hasta que la conoció y se lio con ella, abandonándome a mi suerte y a los maltratos de otro hermano. 

Esa es la verdad, constatable verdad, hay muchos más Turieles vivos aún que podrían dar fe de ello, pero a quienes para nada pienso molestar. Y también hay quien puede dar fe de lo mucho que os quise y os bientraté de niños, y la locura de tu padre de sumarse a esto, aparte de por el afán de rapiñar hasta el último euro posible de donde sea, radica en su no apagado rencor, que le atormenta aún en su vejez, tal vez más que nunca, arraigado en que ni él ni tu madre nunca pudieron aceptar, hasta el extremo de hacérsele insufrible, el ver cómo sus hijos me recibían siempre con alborozo y corrían a acercarse a mí, mientras a ellos les hacían el mínimo caso imprescindible, y se venían hacia mi. 

Pues bueno, ex-querido hermano leonés, si ya con tantos años rebasada la edad en que adquirimos conocimiento, aún no has comprendido que el cariño y el amor de los niños no es una cosa que se arrebate ni que ni siquiera se puedan arrebatar unos a otros las personas mayores, sino que sencillamente los niños quieren a quienes quieren, y no por pasar a querer, o querer más, a oras personas, dejan de querer lo que quieren a quienes quieren, si aún no lo has entendido, pues vaya... 

Sin embargo, es obvio que no lo quieres aceptar, pues, de haberlo hecho, nunca habrías entrado en tan absurdo círculo de auto estúpìda negación de que también era un hecho que yo los quería más que vosotros. Pero no, oye, ¿la solución? ¿vengarse de alguien por tu propia falta de comprensión y madurez hace nada menos que treinta y sies años? ¿No es eso lo que dijiste en esa carta acusatoria tan oportunamente escrita en refrendo de la agresión de tu hijo contra mí, al meter la ley por medio, parte de esa bonita trama en la que también cruzasteis en mi vida, fingiendo que era un admirador, a ese chico de Benabarre menor de edad? ¿Quién es quien tiene una mente realmente enferma aquí? 

saludos cordiales, ¿para qué pedir una solidaridad que sé que, de todos modos, nunca se producira?  
ET & forrest gump. 
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a7.com.mx

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